Y bien.. aquí viene otro artículo de opinión, de esos que son completamente subjetivos y que necesitan de una breve explicación antes de ser leídos. Algo del tipo «Las opiniones aquí vertidas son de la exclusiva responsabilidad de quien las emite…» Pues sí… son mías y sólo mías. Bueno… y de alguno de vosotros me imagino que también.
Pues bien. Viene a ser el caso que llevo una semana más o menos con un iPhone 6 entre mis manoplas y lejos de pretender ser esta una enumeración de sus virtudes y sus defectos, quiero centrarme en las opiniones encontradas que, sobre su posesión, he ido atisbando en el horizonte de mi existencia.
Comprenderán los ávidos lectores de este homérico blog, muy probables compañeros de fatiga en el viaje de poseer un teléfono de Apple, que adquirir uno de estos terminales puede pasar de todo menos desapercibido. Si eres el primero de tu entorno que se hace con uno, pasarás por distintas fases de apercibimiento en derredor tuya, que pasaré a englobar en varios grupos que enumeraré más adelante.
Antes he de decir que no me considero un usuario del tipo ‘poseedor-alardeador’, término este que sirve para definir a aquellos que restriegan, cuan si de naranja a exprimidor se tratase, el iPhone por todas las narices que van desfilando ante sus ojos. Mis criterios de adquisición se basan, sobre todo, en la funcionalidad laboral, la estabilidad y cómo no, el diseño. Esto ha provocado que las distintas reacciones que he observado provengan de un contacto visual directo con el iPhone que yo manipulaba o un boca-oreja entre terceras personas, que se han autoinformado entre ellas.
Paso pués, como antes decía, a enumerar los diferentes grupos de adláteres que me han ido rodeando con motivo de mi compra:
- Grupo A, o ‘los de la dulce espera‘: dícese de aquellos miembros de un ecosistema que se adelantan a la adquisición del teléfono por parte del futuro propietario y le infieren periódica e insistentemente preguntas sobre el tiempo, modo, manera y forma en la que el nuevo modelo será adquirido por este, demostrando si cabe más ansia que el interesado en sí. ¿Ya lo tienes? ¿Cuándo llega? ¿Cuál has cogido? ¿De 64Gb no? ¿Qué tiene de nuevo? ¿Sabes si viene con ‘sodofrisnus’? ¿Le han puesto ‘guachimongus’?
- Grupo B, o ‘los negacionistas‘: Nononononono.. viene a ser el resumen que defina el parecer de estos sujetos que se dedican a recopilar todos aquellos fallos que se van publicando por el alto y ancho de Internet, obviamente sin esperar a contrastar los datos, para disparártelos como si de una ametralladora linguística se tratase, con el fin de conseguir una humillación pública que, simplemente teniendo un par de argumentos, queda dilapidada justicieramente a poco que se replique. Por supuesto este grupo no ha poseído un iPhone en su vida. ¿Se te ha doblado ya?
- Grupo C, o ‘los nohaymásciegoqueelquenoquierever‘: Grupo formado por poseedores de otros terminales con diferente sistema operativo y una lista interminable de cosas que sus teléfonos hacen y que los iPhone no pueden hacer. Siempre cabreados e inconformes van viendo como año tras año esta lista mengua línea a línea, cercenando sus argumentos con certera puntualidad. Cada Keynote es una depilación a la cera de sus conciencias. Algunas estudiosos denominan a este grupo ‘los ardodeenvidia’.
- Grupo D, o ‘los éticos amantes de los animales«: En este grupo se encuentran los que te hablan de los monopolios dictatoriales, de las licencias GPL, de los softwares propietarios, de los niños explotados y de los impuestos que no se pagan. Todo esto mientras esgrimen unos teléfonos made in China, unos zapatos made in Thailand y se comen unos nuggets de pollos compactados con prensas hidráulicas asesinas. Dentro de este grupo encontraremos a aquellos que se sienten con arrestos de decirte cómo tienes que gastar tu dinero, denostando la elevada cantidad pagada por él, mientras te enumeran centimo a céntimo lo que le ha costado a Apple fabricarlo, tratándote de pardillo timado. Este grupo también es conocido como ‘nichichanilimoná’
- Grupo E, o los ‘Yodesopaso‘: Este grupo, desconocedor por completo de los avances tecnológicos que nos inundan, a penas sabe lo que es un smartphone y mucho menos un iPhone y es poseedor de un teléfono nacido en el cuaternario y del que cuantifica con exacerbada alegría su duración de batería y la escasa utilidad que le ve al Whatsapp, a las fotografías en alta resolución o a las pantallas panorámicas. Al grito de ¡Yo pa qué quiero Interné!, te mira con desdén y hasta con un atisbo de pena, creyéndote esclavo de dispositivos del averno. Y la verdad, no le falta razón. Este es el grupo más entrañable sobre la faz de la tierra.
Evidentemente hay muchos más grupos. Tantos como modelos de Samsung (jeje.. perdón por la licencia, pero es que he ido acumulando bilis y ya se sabe…). También he de decir que no son grupos cerrados, encontrándonos diseminados por ahí personajes pertenecientes a dos o más grupos de los antes descritos. Tendremos así ‘negacionistas’ de ‘dulce espera’, ‘ardodeenvidias’ ‘éticos’ o incluso ‘negacionistas’ que en su ‘dulce espera’ ‘arden de envidia’..
Todos menos los ‘Yodesopaso’. Esos no se mezclan, pero acaban derivando tarde o temprano en uno de los otros grupos.
El tiempo, sabido es, pone a cada uno en su sitio.