A medida que aumenta el número de consumidores de smartphones, crecen de manera exponencial los ataques malintencionados por parte de terceros. Mientras que hace un año el número de ataques era de 792, este año la cifra asciende a 36.000. Se trata sin duda de un crecimiento escandaloso que pone de relieve un problema a tener en cuenta para los desarrolladores de software.
Son los usuarios de dispositivos Android los que más ataques de este tipo reciben, y es por ello que las empresas están perdiendo la confianza en ellos y optan por dispositivos con iOS.
Un informe de Centrix System sobre el uso de smartphones en las empresas concluye que en 2012 en entorno al 58% de las empresas de todo el mundo eligieron dispositivos iOS para sus empleados (un aumento de un 2% para Apple respecto al año anterior). En el otro lado de la balanza, Android fue utilizado en un 35% de las empresas (un descenso del 2% desde el pasado año).
Hay que recordar que los desarrolladores de malware aprovechan cualquier oportunidad para camuflar su software malintencionado, escondiendo troyanos dentro de otras aplicaciones (un antivirus, por ejemplo).
Los objetivos más frecuentes de los creadores de «malware» son: la libretas de direcciones, las contraseñas, así como la ejecución de software con troyanos para obtener el control remoto de nuestros dispositivos (pudiendo causar estragos en la factura sin percatarnos de ello).
Mientras que el mercado de la telefonía móvil continúe creciendo, lo harán también los problemas, y por ello los desarrolladores de aplicaciones deben poner todo tipo de barreras para frenar los esfuerzos de los creadores de malware.
A día de hoy es un hecho que no se puede negar, el malware se ha convertido en un gran problema con difícil solución.