Lo que hace un año hubiese sido una quimera, acaba de ver la luz en las tiendas españolas. Apple ha puesto a la venta su nuevo modelo de iPhone SE y lejos de despejar todas las dudas, provoca la aparición de preguntas nuevas que vamos a intentar responder. Y es que el nuevo smartphone de 4″, que reabre camino a un nuevo tamaño de pantalla, busca ocupar un hueco que se presumía cerrado en las líneas de producción de teléfonos de Apple. ¿Porqué pues se ha vuelto a este tamaño? ¿Qué ha pasado para que den lo que muchos llaman un paso atras en su evolución? ¿Porqué este nuevo modelo no incorpora todas las novedades que sí incluyen los modelos presentados el año pasado? ¿Habrá una verdadera demanda de 4 pulgadas en el mercado?
Como veis, muchas son las preguntas que surgen. Para intentar responderlas vamos a analizar un hecho puntual que provocó un cambio en algunas de las políticas de Apple de cara a sus dispositivos. El acuerdo que alcanzó con China Mobile en 2014, que le abría la puerta a más de 800 millones de potenciales clientes. El mercado chino es uno de los mercados más difíciles del mundo para una compañía tecnológica. No podemos olvidarnos que la tecnología pasa por China y allí se encuentra uno de los mercados más saturados de productos, por lo que hacerse un hueco es muy complicado.
Cuando aparecieron, las ventas de los iPhone fueron ascendiendo descomunalmente desde un principio, algo lógico para un producto nuevo y máxime siendo Apple, pero pasados los meses se observó un descenso en esta escalada y volvió a ceder el primer puesto en smartphones al imponente lider del mercado, Xiaomi, viendo como el segundo puesto lo ocupaba Huawei, tras un ascenso meteórico de este último a lo largo de 2015. Todo esto coincidió con un descenso de un 21% en ventas por parte de Apple al finalizar ese mismo año. La necesidad de completar la gama con un teléfono de reducidas dimensiones para suplir cualquier tipología de cliente, podría ayudar a impulsar de nuevo las ventas.
Por otro lado y no sólo hablando de China, Apple necesitaba crear un producto sensiblemente más barato (un iPhone SE de 16Gb cuesta 260€ menos que un iPhone 6S de 16Gb), que ya intentó en el pasado con los 5C, pero esta vez dotándolos de una mayor calidad en los materiales (que en el caso de los 5C fue muy criticada).
El producto en sí cubre una gama bastante amplia de necesidades. Es un teléfono que es relativamente barato, que se puede manejar perfectamente con una sola mano, que incluye el procesador y cámara de su hermano mayor el 6S y que posee la calidad en acabados del afamado 5S. Por supuesto incluye el Touch ID y Apple Pay y aunque por problemas de espacio y coste no tenga 3D Touch no parece que el nicho de mercado al que va destinado sufra mucho por su ausencia.
También hay que notar que hoy en día es extremadamente complicado encontrar un teléfono de 4 pulgadas de calidad en casi ninguna marca. Parece ser que todas las compañías han apostado fuertemente por las cinco y seis pulgadas, dejando un poco de lado esos teléfonos manejables del pasado. Quizá este nuevo lanzamiento de Apple vuelva a despertar ese mercado, vuelvan a aparecer modelos de tamaños reducidos en la competencia y una vez más Apple abra (o reabra) las puertas a los rivales para que transiten por los caminos abiertos a machete por los de Cupertino.
Ahora sólo queda preguntarse si realmente tendrá éxito, probablemente entre gente más joven que demande la portabilidad y manejo frente a tamaños elevados, o si pasará sin pena ni gloria como lo hizo su abuelo 5C.
¿Qué opinas? ¿Éxito o fracaso? ¿Te lo comprarás?