Lamento ponerme filosófico con un punto de reiteración en algunos temas, pero es que hay cosas que claman al cielo, tanto por machaconas como por carentes de verosimilitud. Estoy hablando, efectivamente, del esgrimido argumento de muchos de los usuarios de un teléfono Android sobre las bondades de sus dispositivos, frente a las maldades de los que utilizan iOS.
Y ¿porqué ahora?, os preguntaréis. Pues resulta que hace poco, a uno de los blogs de referencia del mundo Android, Android Authority, le dio por realizar una comparativa a ciegas entre 4 de las mejores cámaras de teléfonos del mercado a día de hoy, para que sus lectores decidiesen cuál era el mejor smartphone para realizar fotografías: Los modelos eran el Sony Xperia Z5, el Galaxy Note 5, el LG G4 y nuestro amigo el iPhone 6S.
Como hemos dicho, la comparativa/encuesta de iPhone vs Android era a ciegas, por lo que tras visualizar una serie de fotos sacadas por cada uno de ellos sobre el mismo escenario realizadas por unos teléfonos A, B, C y D, los participantes tenían que elegir cuál les gustaba más. La sorpresa vino al final, al desvelar los modelos que correspondían a cada letra:
- 38% para el iPhone 6S
- 34% para el Galaxy Note 5
- 18% para el Sony Xperia Z5
- 10% para el LG G4
La polémica estaba servida. Los 388 comentarios que tiene el post, cuando redacto estas líneas, son un auténtico regalo para la vista y merecen una recomendación de lectura. La indignación, las acusaciones de tongo, de robo, la descalificación entre los propios usuarios de Android, que se acusan unos a otros de no tener ni idea son, quizá, un claro ejemplo de lo endebles que son los cimientos de las críticas que siempre subyacen en los taliandroiders antimanzaneros en lo que a la cámara de los iPhone se refiere.
La realidad es que las fotos del iPhone han gustado más. La gente lo ha elegido por mayoría. ‘Live with it’. Esto demuestra que, por encima de las marcas, cuando bajas a la arena en el fragor de la batalla, el arma elegida (al menos en ese campo) viene de Cupertino.
Podrá haber análisis de fotógrafos de renombre que esgrimirán teorías de aperturas, rangos focales, modos manuales y tiempos de exposición, sin darse cuenta de que los teléfonos son para la gente, que huye de tecnicismos para simplificar el debate con una sentencia demoledora: «el iPhone saca fotos más bonitas«. Ya. Punto. No hay más.
Y como epílogo, en una reflexión más profunda, he seguido dándole vueltas a un par de argumentos que se escuchan repetidamente y sobre los que me gustaría hacer algún que otro comentario:
– El iPhone es el teléfono de los pijos. Cierto es que, en un principio, un iPhone suponía un desembolso económico elevado, ampliamente superior a cualquiera de la competencia, pero esas distancias han disminuido considerablemente hasta hacerse casi imperceptibles.
Os invito a buscar los buques insignia de cada compañía tecnológica que oferta smartphones entre sus líneas. Un Galaxy S6 Edge+ ronda los 800€, el nuevo Note 5 también, la nueva Blackberry Priv, de próxima aparición, parece que costará cifras similares. Es decir, que la competencia maneja en sus mejores teléfonos, costes muy parecidos a los de Apple.
Por otro lado hoy en día, gracias a las compañías de telefonía móvil, hay planes de precios que facilitan en gran manera la adquisición de cualquier teléfono, diseminando los pagos en plazos razonablemente asequibles. Por ejemplo, Vodafone. Un iPhone 6S Plus tiene un coste de 32€ al mes por 24 meses, frente a los 31€ al mes que cuesta un S6 Edge+, también durante 24meses. En Movistar 25,81 frente a 24,8 por este mismo modelo. El Note 5 ni aparece aún. ¿Son estos precios muy distantes?
Hay que pensar que Apple no tiene 20 modelos de teléfonos en el mercado que salgan paralelamente. Tiene uno, en dos tamaños.
– «El iPhone es un teléfono muy cerrado«. O como transformar una virtud en un defecto. Me hace gracia escuchar cómo se puede imputar a una arquitectura hardware-software, que se lleva de la mano con una armonía más que correcta, que sus posibilidades de personalización son tan escasas. ¿Y?. ¿Qué se pretende? ¿Sacrificar estabilidad por personalizaciones infinitas?
Reconociendo como reconozco que soy un jailbreaker consumado, he de reconocer que cuando libero mi teléfono de este estudiado binomio hard-soft es cuando me empiezan a aparecer reinicios inesperados, inestabilidades y apps rabiosas que se cierran sin mi consentimiento. ¿Este es el precio que hay que pagar para esa pretendida libertad?
También es cierto que, con la aparición de cada evolución del software que domina los iPhone, con cada nueva versión de iOS, estas personalizaciones se amplían cada vez más, siendo difícil encontrar cosas que un iPhone no haga, ya sea por sus propios medios o agregándole un widget o una app que lo potencie.
Que quede constancia que a mi los Android me parecen unos teléfonos excelentes y en muchas ocasiones me cuesta entender ese enconamiento que tienen muchos de sus usuarios en intentar desprestigiar a la competencia. Vive y deja vivir y sobre todo, que cada uno se gaste su dinero en lo que le guste y convenza más.
Quizá el Blog de Android Authority, después de esa comparativa y a la vista de los resultados, pierda alguno de sus lectores y nosotros los ganemos, pero no por ello dejarán de ser algunas víctimas residuales en esta guerra sin sentido.