Cuando nos encontramos en un lugar con poca cobertura la batería de nuestro iPhone se agota con mayor rapidez. Esto de por si ya es un problema, pero no es lo único que ocurre, también puede conllevar un aumento en la exposición a la radiación que produce el dispositivo.
La exposición a las ondas electromagnéticas emitidas durante el uso del teléfono móvil pueden conducir a numerosos problemas de salud, como mareos, dolores de cabeza y posiblemente cáncer. Aunque no sean concluyentes, algunos estudios han demostrado una correlación entre la radiación de teléfonos celulares y las tasas de cáncer, especialmente en niños. Pero no caigamos en el catastrofismo…
Por este motivo los teléfonos deben estar certificados antes de ser vendidos en el mercado. Es aquí donde entran en juego las medidas del SAR (Tasa de absorción específica).
Para tomar las mediciones el teléfono se ubica junto a la cabeza en la posición de habla más habitual, y se informa del valor SAR para la parte de la cabeza que más energía ha recibido. Su valor máximo no debe exceder la norma de la FCC, que es de 1,6 W / kg.
Estas son algunas de estas medidas:
- Samsung Galaxy Note II – 0,17 W / Kg.
- Samsung Galaxy S2 – 0,24 W / Kg.
- Samsung Galaxy S3 – 0,34 W / Kg.
- iPhone 5 – 0,90 W / Kg.
- Blackberry Z10 – 0,97 W / Kg.
- iPhone 4S – 1,11 W / Kg.
- Blackberry Bold 9700 – 1,37 W / Kg.
Como podéis comprobar los chicos de Apple han conseguido una mejora con su último terminal, pero aún están lejos de Samsung. Toca hacer los deberes en Cupertino, mientras tanto… alejaos de las Blackberry…