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El iPhone y todo lo que le rodea

Me pasa un amigo el link a un artículo sobre un nuevo objetivo externo (Olympus Air A01) para smartphones y después de echarle un vistazo no puedo dejar de pensar en cómo hemos evolucionado a lo largo de los últimos años, situando en el centro de nuestro devenir diario ese trozo de aluminio y cristal que llamamos móvil.

Cepillo inteligente Oral BHagamos pues un ejercicio Deloreaniano y volvamos al pasado unos años, pocos, a aquella época en la que los teléfonos móviles eran sólo teléfonos. Nada más. Te llamaban y llamabas. Te mandaban un SMS y respondías con otro. Ya. Parece increíble. Aún guardo en un cajón, como un tesoro por el que espero recibir miles de euros dentro de 30 años, un flamante Alcatel One Touch Easy (con el que empezamos muchos).

Pues bien, haciendo un experimento psicosocial con la hija de unos amigos, que no convivió con la peseta, se me ocurrió enseñárselo y su primera frase tras reconocer en él un teléfono móvil fue un escueto «¿Dónde está la cámara?». Así, sin más. Para ella debería tener cámara. Simplemente los teléfonos vienen con cámara como los bebés vienen con ojos y ganas de llorar.

Pues bien, volviendo al presente y una vez establecido el liderazgo digital de los móviles en nuestra vida, no paramos de observar como van apareciendo una miríada de periféricos y adaptadores para potenciar e interconectarse con ellos. No nos referimos a aparatos creados para los móviles, como las baterías externas, mandos, teclados, etc. sino a seres digitales con vida propia que ahora se quieren conectar también a nuestro móvil.

LIFX

Televisiones, consolas, cafeteras, neveras, bombillas, relojes, ropa, zapatillas y un largo etcétera, surcan las ondas para establecer un vínculo amoroso con el iPhone, extendiendo sus funcionalidades al mismo y potenciando de este modo las posibilidades que ofrece. Sólo tenemos que darnos un paseo por la sección de Electrónica o Electrodomésticos de una gran superficie para quedarnos pasmados por la cantidad de ellos que hay.

Pero si hasta hay un cepillo de dientes que se conecta al teléfono y por medio de una app «el usuario puede saber el tiempo que está dedicando al cepillado, si está haciendo demasiada presión en las encías, o si ha dedicado más tiempo a una zona de la boca que a otra». O una báscula que te recuerda todos los días que te tienes que pesar y te regaña cuando no ve resultados óptimos en tu plan de adelgazamiento. Ahí queda eso.

Hablamos pues de un paso más allá de la Domótica, que traspasa las barreras de nuestro domicilio para integrarse con todas las facetas de nuestra vida, estemos donde estemos y vayamos donde vayamos. Si tenéis tiempo y ganas, yo de vosotros me daría un paseo por alguna web de crowdfounding, para ver la de cosas que se le está ocurriendo a la gente desarrollar para los smartphones. En especial para el iPhone, que en estos casos suele ser una referencia y un objetivo a la hora de interconectar dispositivos.

IoT

Está cada vez más claro que lo que nos espera es un mundo completamente interconectado, donde las cosas nos hablen, controlen los parámetros que les ordenemos y sean manejadas sin necesidad de acercarnos a ellas.

Un mundo donde posiblemente el centro neurálgico de este control sea nuestro iPhone que, como la batuta de un director de orquesta, dirija con mano firme la partitura electrónica que nos rodee. Ya en el horizonte se habla cada vez más del IoT (Internet of Things) o Internet de las Cosas que apostará a corto plazo por la interconexión total de cualquier aparato con Internet.

Vosotros, ¿cómo lo veis? ¿estaremos realmente tan cerca de este futuro?